Ambas
cooperativas tienen emitidos títulos por un nominal de 845 millones que fueron
comprados por unos 40.000 inversores
Jorge
Chamizo.– Los inversores que compraron deuda subordinada perpetua de las
cooperativas Eroski y Fagor, conocida
como las preferentes vascas, tienen ante sí un negro panorama. Los 845 millones
depositados en esos títulos se han depreciado de forma brutal en los últimos
meses, y cotizan a precios similares a los de los títulos perpetuos de la banca
nacionalizada. Son cerca de 40.000 ahorradores que ahora ven como esa
deuda vale entre el 35% y el 42% del
nominal, según la emisión de que se trate, Es decir, que cotizan con descuentos
de entre el 58% el 65%, Son precios
mínimos, similares a los que se registraron entre julio y octubre del año
pasado fruto del efecto ‘contaminación'
producido por la crisis de la deuda soberana, la debacle de las preferentes de
la banca y la sangría del consumo, que
está afectando a las cuentas de resultados de ambas cooperativas.
Dada
la sensibilidad que provocan estos temas y las necesidades acuciantes de
algunas familias que invirtieron en estos productos, el asunto ha recalado en
el Parlamento Vasco, que lo está estudiando en comisión. Las cooperativas
niegan que haya habido estafa con esos títulos y se declaran dispuestas a
buscar una solución justa para los inversores que reclaman sus depósitos,
aunque no han especificado cuál.
Al
mismo tiempo, han intentado ponerse de perfil al esgrimir que tanto Eroski como
Fagor emitieron el producto, pero éste fue vendido por varias entidades
bancarias, que fueron -añaden- las que tuvieron la relación directa con
clientes.
Eroski
lanzó cuatro emisiones de aportaciones financieras subordinadas en 2002, 2003,
2004 y 2007 por un valor total de 660 millones de euros. Hasta ahora ha abonado
270 millones de intereses. Fagor por su parte lanzó dos emisiones en 2004 y
2006, por valor de 185 millones, por los
que ha pagado hasta el momento 82 millones de intereses.
Las
asociaciones de consumidores se quejan abiertamente de la actitud de las
cooperativas. Kaltetuak, la principal asociación de tenedores de estos
productos financieros, no ve cambio de actitud de las cooperativas para
arreglar el problema porque siguen
diciendo que todo "lo hicieron legalmente". Una de las principales críticas de los
afectados por las subordinadas se centra en la modificación de la ley vasca de
cooperativas aprobada por el Parlamento en el 2000. Gracias a este cambio
legislativo, las empresas del grupo Mondragón tuvieron la posibilidad de
generar las preferentes que luego comercializaron las entidades financieras.
Para esta asociación, ese cambio normativo
choca con la norma estatal del consumidor de 2007 y al menos con una
directiva europea que protege los derechos de los consumidores.
Adicae,
por su parte, ha interpuesto una demanda en el Juzgado de lo Mercantil número 1
de Bilbao por la comercialización de esos títulos, realizada por BBVA. Eroski
ha reclamado que se retire porque a su juicio es "absolutamente
inconsistente".
´Más
allá del grave problema de imagen de las preferentes, detrás del desplome del
precio de las emisiones de Eroski late la mala evolución de la cadena de
distribución. La cooperativa registró el año pasado pérdidas de 60 millones de
euros frente a los beneficios de 42 millones logrados en 2011.
El
resultado deriva de la recesión que sufre España y de un importante esfuerzo en
provisiones realizado por la firma, que aprobó una dotación extraordinaria de
nada menos que 214 millones en un ejercicio de prudencia por si el escenario no
mejora demasiado. La firma de la Corporación Mondragón trabaja ya en un Plan
Estratégico, basado en nuevos modelos de súper e híper de mayor proximidad al
cliente, con el que aspira a dar la vuelta a la actual situación.
Sin
tomar en cuenta esa dotación, el resultado operativo de la cooperativa fue
positivo; en concreto, de 100 millones de euros, en línea con el de años
anteriores. Semejantes provisiones responden a la decisión de los gestores de
Eroski de generar un colchón suficiente para cubrir eventuales deterioros en la
valoración de sus sociedades participadas ante el empeoramiento del contexto
macroeconómico. Una de esas filiales es la cadena de supermercados Caprabo. En
conjunto, el grupo cooperativo perdió 121 millones.