El
grupo ha relevado a la mayoría de los gestores que tenía cuando compró la
cadena catalana. El año pasado cesaron otros tres altos directivos y cuatro
vocales cuyo mandato expiraba.
Sólo
quedan siete. Tres cuartas partes de los consejeros y altos directivos de
eroski que participaron en la compra de la catalana caprabo (21 sobre un total
de 28) han abandonado el consejo rector de la cooperativa vasca (equivalente al
consejo de administración) o su comité ejecutivo desde que la empresa anunció
esa operación, en el verano de 2007.
De
los 16 altos directivos que tenía Eroski en 2007, ya sólo permanecen en el
Comité Ejecutivo seis, aunque hay que tener en cuenta que la composición de ese
órgano ha ido variando en estos años: en 2010 pasó a tener once miembros, en
2011, once y el año pasado, sólo diez.
En
el caso del consejo rector, y siempre según los datos depositados por la
matriz, Eroski S. Coop, en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV),
de los doce miembros que tenía en 2007 (el mismo número que ahora) ya sólo
queda una vocal, Josefa Ignacia Uria.
Aunque
la empresa no comenta este asunto, este hecho puede atribuirse, en buena
medida, a que ha ido expirando el mandato de los miembros del consejo. Este
introdujo una limitación a su duración (cuatro años) a partir de 2007. Y cuatro
de ellos abandonaron el cargo hace ahora un año.
La
renovación de la alta dirección ha sido un proceso también paulatino y,
presumiblemente, no traumático (tratándose de una cooperativa cuyos gestores
son los propios trabajadores), aunque ha afectado a puestos clave, desde la
presidencia hasta la dirección Financiera o la de Desarrollo de Negocio, entre
otras.
El
episodio más reciente ha sido la salida de Juan Antonio Kortázar, que el mes
pasado abandonó dos filiales de Eroski, Cecosa Hipermercados (que presidía) y
Gasolineras Eroski Hipermercados, de la que era administrador único. Kortázar,
que, como muchos otros directivos, se ha jubilado, según fuentes del grupo, era
director del Área Corporativa cuando Eroski compró Caprabo, pero abandonó el
comité de dirección de la matriz en 2010, fecha de la primera gran
reestructuración de la cúpula tras la adquisición de la empresa catalana.
Ese
ejercicio, Agustín Marcaide (hasta entonces director general) sustituyó en la
presidencia a Constan Dacosta y abandonaron el comité ejecutivo otros tres
miembros del mismo, incluyendo al responsable de Desarrollo de Negocio.
A
esas cuatro salidas se suman dos que tuvieron lugar en los ejercicios de 2008 y
2009 (cuando cesó el director Financiero) y otras tres que se produjeron el año
pasado: Santiago Izaguirre, director de Supermercados. Jesús Miñaur (Procesos y
Sistemas) y Carlos Alcalde (Negocios de Diversificación).
El
proceso ha corrido paralelo al progresivo deterioro del grupo vasco de
supermercados tras esa compra, que si bien consolidó su posición en Cataluña y
Madrid, se materializó justo antes del estallido de la crisis y, desde
entonces, pesa como una losa para la cadena, por su alto precio y la elevada
deuda que conllevó.
El
grupo, que desde 2007 no da beneficios, triplicó el año pasado sus pérdidas
hasta la cifra récord de 121 millones. Desde la compra de Caprabo, Eroski
acumula unos números rojos de casi 390 millones de euros.